El Rey Rana en inglés y español

Explora la magia y las lecciones morales en "El Rey Rana", donde promesas, transformaciones y amor se entrelazan en un cuento eterno.

En el corazón de los cuentos de hadas, encontramos historias que capturan la esencia de la magia, el misterio y las lecciones morales.

«El Rey Rana o Enrique el Férreo», una adaptación del clásico de los Hermanos Grimm, no es la excepción. Este relato nos transporta a un reino lejano donde la belleza natural y la magia se entrelazan, creando un escenario donde lo inimaginable se convierte en realidad.

En el centro de esta narrativa está la princesa más joven de un rey, cuya belleza sin igual se ve eclipsada solo por su corazón bondadoso.

Sin embargo, la verdadera esencia de esta historia se revela a través de su encuentro con una rana mágica, un giro inesperado que desencadena una serie de eventos que transforman no solo a los personajes sino también a los lectores.

A través de esta historia, nos adentramos en un viaje de promesas, transformaciones y el poder redentor del amor y la compasión.

El Rey Rana resumen

LEl Rey Rana en inglés (The frog King)

Once upon a time, in a faraway kingdom, there lived a king who had three daughters. Among them, the youngest was so beautiful that even the sun, which has seen so much in the world, marveled every time it shone upon her. Near the palace, there was a large dark forest, and in the middle of that forest, under an ancient lime tree, flowed a crystal-clear spring. On a hot day, the youngest princess went to the forest and sat by the spring to cool off. She played happily with her favorite golden ball, tossing it into the air and catching it gracefully. But one day, alas!, the ball did not fall into her hands, but rolled towards the spring and disappeared into its depths. The princess began to cry bitterly. Her tears were like bright pearls falling into the water. Amidst her sadness, she heard a voice saying, «Why do you cry, little princess? Your tears could melt even stones.» The princess looked for where the voice came from and saw a frog poking its head out of the water. «Oh, it’s you, frog!» exclaimed the princess. «I’m crying because my golden ball fell into the spring.» The frog offered to help her retrieve her ball if she agreed to make it her friend and companion, to eat and sleep together. The princess, thinking it would never happen, quickly agreed. With a nimble leap, the frog dove in and, shortly after, emerged with the ball in its mouth. The princess, filled with joy, took her ball and ran back to the palace, forgetting about the poor frog, who couldn’t keep up with her quick pace. The next day, as the princess was eating from her golden plate, a noise was heard at the door: «Plop, plop, plop, plop.» It was the frog, who had come to claim what was promised. The princess, frightened, told the king what had happened. The king insisted she must keep her promise, so the princess let the frog in.
The frog shared the princess’s meal and, at nightfall, wanted to sleep in her silk bed. The princess, disgusted, took the frog to her room, but in a moment of frustration, she threw it against the wall. In that magical moment, the frog transformed into a prince. The prince explained that he had been enchanted by a witch and that only the princess could break the spell. The king, happy with the outcome, accepted the prince as his daughter’s future husband. The next day, a magnificent carriage, drawn by eight white horses, arrived to take the prince and princess to the prince’s kingdom. The prince’s faithful servant, Henry, who had been so saddened by the curse that he had tied iron hoops around his heart, was filled with joy at seeing his master free. So great was his happiness that the iron hoops broke one after another. And so, the prince and princess, along with the loyal Henry, set off for their kingdom, where they lived happily ever after.

THE END

El Rey Rana en español

Había una vez, en un reino lejano, un rey que tenía tres hijas. De ellas, la más joven era tan hermosa que incluso el sol, que ha visto tanto en el mundo, se asombraba cada vez que brillaba sobre ella. Cerca del palacio, había un gran bosque oscuro, y en medio de ese bosque, bajo un antiguo tilo, fluía un manantial cristalino. En un día caluroso, la princesa menor fue al bosque y se sentó junto a la fuente para refrescarse. Jugaba alegremente con su pelota de oro favorita, lanzándola al aire y atrapándola con gracia. Pero un día, ¡oh desgracia!, la pelota no cayó en sus manos, sino que rodó hacia la fuente y desapareció en sus profundidades. La princesa empezó a llorar amargamente. Sus lágrimas eran como perlas brillantes cayendo al agua. En medio de su tristeza, escuchó una voz que decía: «¿Por qué lloras, princesita? Tus lágrimas podrían derretir hasta las piedras.» La princesa buscó de dónde venía esa voz y vio a una rana asomando su cabeza sobre el agua. «¡Oh, eres tú, rana!», exclamó la princesa. «Lloro porque mi pelota de oro cayó en la fuente.» La rana le propuso ayudarla a recuperar su pelota si aceptaba hacerla su amiga y compañera de juegos, comer y dormir juntas. La princesa, pensando que nunca sucedería, aceptó rápidamente. Con un salto ágil, la rana se sumergió y, poco después, emergió con la pelota en la boca. La princesa, llena de alegría, tomó su pelota y corrió de vuelta al palacio, olvidándose de la pobre rana, que no podía seguir su rápido paso. Al día siguiente, mientras la princesa comía en su platito de oro, se escuchó un ruido en la puerta: «Plis, plas, plis, plas.» Era la rana, que había venido a reclamar lo prometido. La princesa, asustada, le contó al rey lo sucedido. El rey insistió en que debía cumplir su promesa, así que la princesa dejó entrar a la rana.
La rana compartió la comida de la princesa y, al anochecer, quiso dormir en su cama de seda. La princesa, disgustada, llevó a la rana a su habitación, pero en un momento de frustración, la lanzó contra la pared. En ese instante mágico, la rana se transformó en un príncipe. El príncipe le explicó que había sido hechizado por una bruja y que sólo la princesa podía romper el encanto. El rey, feliz por el desenlace, aceptó al príncipe como el futuro esposo de su hija. Al día siguiente, una carroza magnífica, tirada por ocho caballos blancos, llegó para llevar al príncipe y a la princesa al reino del príncipe. El fiel criado del príncipe, Enrique, quien se había entristecido tanto por la maldición que se había atado aros de hierro alrededor del corazón, se llenó de alegría al ver a su amo libre. Tan grande fue su felicidad que los aros de hierro se rompieron uno tras otro. Y así, el príncipe y la princesa, junto con el leal Enrique, partieron hacia su reino, donde vivieron felices para siempre.

FIN

El Rey Rana moraleja

«El Rey Rana o Enrique el Férreo» culmina en un tapeiz de lecciones eternas y emociones universales. Este cuento no solo entretiene, sino que también educa, enseñando la importancia de mantener las promesas, mirar más allá de las apariencias y reconocer el valor del verdadero carácter.

La transformación del príncipe de una rana a su forma humana simboliza la idea de que el amor y la bondad pueden superar cualquier maldición o adversidad.

El final feliz, donde la princesa y el príncipe viven juntos en armonía, nos recuerda que en cada final hay un nuevo comienzo y que cada historia, por muy fantástica que sea, lleva en su corazón una verdad que resonará a través de las edades.

Este cuento de los Hermanos Grimm, lleno de simbolismo y enseñanzas, sigue siendo un tesoro atemporal para lectores de todas las edades.

Scroll al inicio