En el rico universo de las fábulas clásicas que han sido transmitidas a través de generaciones, la historia del Lobo y el Cordero resalta como un espejo revelador de los aspectos más oscuros y complejos de la sociedad.
Esta narrativa, profundamente arraigada en la tradición oral y luego plasmada por escritores como Esopo y La Fontaine, trasciende su aparente simplicidad para desvelar profundas verdades sobre la naturaleza humana, el abuso de poder y la injusticia.
Al contar la historia de un inocente corderillo enfrentado a un lobo acusador y malintencionado, esta fábula va mucho más allá de ser un mero entretenimiento para niños; se convierte en una herramienta educativa y reflexiva de gran valor.
Nos invita a ponderar sobre temas como la ética, la moralidad, y cómo las dinámicas de poder influencian nuestras interacciones sociales y decisiones.
Esta fábula actúa como un catalizador para la discusión y el análisis crítico, alentando a los lectores a examinar la integridad de sus acciones y la importancia de la justicia en un mundo frecuentemente inclinado hacia la opresión de los vulnerables.
El Lobo y el Cordero: Cuento Corto

En un valle verde y tranquilo, donde el sol iluminaba suavemente las aguas cristalinas de un arroyuelo, vivía un corderillo tan blanco como la nieve, cuya inocencia se reflejaba en sus grandes y curiosos ojos.
Un día, mientras saciaba su sed en el arroyo, se encontró con una situación que pondría a prueba su bondad y su astucia.
Desde lo alto de la colina, un lobo hambriento y astuto observaba al corderillo.
Movido por su hambre y por el deseo de mostrar su superioridad, decidió bajar al encuentro del corderillo con una excusa para iniciar una discusión.
El lobo, usando su voz más autoritaria, acusó al corderillo de enturbiar el agua, aunque era claro que el agua corría de arriba hacia abajo, del lobo hacia el corderillo, haciendo imposible que el pequeño animal hubiera causado tal cosa.
El corderillo, con voz dulce y tranquila, intentó razonar con el lobo, explicando la imposibilidad de su acusación.
Pero el lobo, no satisfecho con la lógica y la verdad, cambió de estrategia, acusando al corderillo de ofensas pasadas que el pequeño ni siquiera podía haber cometido.
El corderillo, con la misma paciencia y serenidad, desmintió cada acusación, apelando al sentido común y a la justicia.
Sin embargo, el lobo, ciego por su propia arrogancia y sed de poder, ignoró las palabras del corderillo.
Decidido a encontrar cualquier pretexto para justificar su acción, finalmente declaró que, de una forma u otra, el corderillo o alguien de su familia le había ofendido.
Con esta débil excusa, el lobo se abalanzó sobre el corderillo, llevándolo al bosque donde, sin más testigos que las sombras danzantes de los árboles, consumió al corderillo.
Este relato, mis queridos niños, no solo amplía la historia del corderillo y el lobo, sino que también profundiza la lección de cómo, en el mundo, a veces la injusticia prevalece, especialmente cuando aquellos en posición de poder eligen abusar de su fuerza en lugar de actuar con justicia y compasión.
Nos enseña la importancia de mantenernos firmes en la verdad y la bondad, aun cuando nos enfrentemos a la injusticia.
Conclusión sobre el Cuento Corto del Lobo y el Cordero

La fábula del Lobo y el Cordero se erige como un farol en la oscuridad, iluminando las lecciones eternas sobre justicia, integridad y compasión en un mundo donde las sombras del poder desmedido y la injusticia amenazan con ensombrecer la luz de la equidad y la bondad.
Este relato, con su narrativa engañosamente simple, encierra en su corazón una crítica potente a quienes, desde sus pedestales de poder, manipulan y subyugan a los menos afortunados.
Sin embargo, también es un testimonio de la esperanza y un recordatorio de que cada individuo tiene el deber de defender lo justo y cuestionar la legitimidad de las acciones y decisiones que perpetúan la opresión.
En última instancia, El Lobo y el Cordero no solo es una historia para contar antes de dormir; es una invitación a reflexionar y a actuar con consciencia, promoviendo un futuro más justo y humano para todos, independientemente de nuestra posición en la jerarquía social.





